Parece que ya no es necesario ir al cine o buscar en Netflix si queremos ver una película de catástrofes. La realidad cada vez se asemeja más a la ciencia ficción distópica de la serie británica Black Mirror. Si encendemos la televisión y ponemos las noticias veremos imágenes de glaciares derritiéndose, de mares cubiertos de plástico, de los terribles efectos de las continuas olas de calor y sequías que nos están afectando, de los cada vez más habituales incendios forestales, así como de todo tipo de fenómenos meteorológicos extremos que no habíamos contemplado con anterioridad. Imágenes impactantes, dramáticas, primeros planos que nos perturban en lo más profundo, siempre acompañadas de una música de fondo que remarque aún más la adversa situación climática de nuestro planeta.
Pero dejando a un lado este sensacionalismo al que ya nos tienen acostumbrados los medios de comunicación, debemos ser conscientes de que el cambio climático es una realidad que amenaza el futuro de la Tierra. Tanto es así que, según la ONU, nos quedan tan solo 12 años para evitar sus efectos más catastróficos.
No es de extrañar que la activista medioambiental y ambientóloga sueca Greta Thunberg haya transmitido un mensaje claro a los políticos y empresarios reunidos en el Foro Económico Mundial:
“Los adultos siempre están diciendo que tienen el deber de dar esperanza a los jóvenes. Pero yo no quiero su esperanza. No quiero que nos hablen de esperanza, quiero que entren en pánico”.
Y parece que aunque sus palabras no han tenido demasiado efecto en nuestros dirigentes, sí que cada vez hay más personas que entran en pánico, angustiadas e impotentes por la magnitud del desafío. Es tanto que el fenómeno ya tiene un término: ecoansiedad.
¿Qué es la ecoansiedad?
El cambio climático no sólo está afectando a nuestro planeta y entorno, sino también a nuestra salud mental. Cada vez hay más personas que sienten temor excesivo, ansiedad, tristeza, incertidumbre e impotencia provocadas por la crisis climática mundial y la amenaza de un desastre medioambiental.
La American Psychology Association (APA) describe la ecoansiedad como “el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones”. Además, considera que la interiorización de los grandes problemas medioambientales que afectan a nuestro planeta puede tener secuelas psicológicas, más o menos graves, en algunas personas.
Por lo tanto, la persona afectada por ansiedad climática o ecoansiedad, siente ansiedad, temor, inseguridad y culpa por la situación, que se juntan con la frustración de percibir que, a nivel individual, no se puede hacer mucho para salvar al planeta, y que los gobiernos y las grandes empresas están actuando con pasividad.
Aunque la ecoansiedad suele ser más común en personas que están sobreexpuestas a noticias preocupantes sobre el planeta, también se puede dar en aquellas que están especialmente implicadas en cuestiones medioambientales, o que se han visto afectadas por eventos adversos provocados por el cambio climático.
Pero si hay un grupo al que la ecoansiedad está afectando principalmente, y produciéndole malestar a nivel psicológico, es a los jóvenes. De hecho, según los datos de una encuesta publicada en The Lancet, la angustia relacionada con el cambio climático está presente en el 84% de jóvenes de entre 16 a 25 años, y un 59% de ellos asegura estar muy preocupado. Esto se traduce en que más de la mitad de ellos sienten emociones como tristeza, ansiedad, enojo, frustración, impotencia y culpa.
¿Cómo gestionar la ecoansiedad?
Aunque preocuparse e intentar tomar medidas por cambiar esta situación debería ser una obligación para todos nosotros, debemos evitar que nos produzca angustia hasta tal punto que afecte a nuestro día y a nuestra salud emocional y mental. Si crees que puedes estar sufriendo ecoansiedad, vamos a darte unos cuantos consejos que te pueden ayudar a gestionarla:
- Puedes estar informado, pero no sobre informado: si solamente atiendes a informaciones relacionadas con el cambio climático te van a producir ansiedad.
- Trata de estar centrado en lo que suma: es cierto que hay muchas personas, empresas, países que lo están haciendo mal, pero también hay muchas acciones que ayudan a cuidar del planeta y que a veces son menos visibles.
- Contribuye, pero no te obsesiones: recicla, ahorra agua y energía, pero que estas acciones no se conviertan en el centro de tu día a día.
- No alecciones constantemente a tu entorno: no hagas sentirse mal a las personas que te rodean porque no cuidan el planeta de la misma manera en que tú piensas que debería hacerse.
- Vive el ahora: visualizar el futuro constantemente te impide que puedas disfrutar del presente y además también te genera gran ansiedad.
- Busca ayuda profesional: aunque la ecoansiedad técnicamente no está considerada como un trastorno en el ámbito de la psicología clínica, puede ser el modo en el que se expresan psicopatologías como por ejemplo el trastorno de ansiedad generalizada, y produce efectos perniciosos tanto en la salud mental como física de las personas que la padecen. Si piensas que puede estar afectando a tu vida cotidiana, no dudes en consultar con un psicólogo.
Si te sientes identificado, conoces a alguien que le esté sucediendo, tienes alguna pregunta o quieres informarte sobre las terapias para solucionarlo, ponte en contacto con nosotros a través del siguiente formulario:
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