Cuando hablamos de apego, nos estamos refiriendo al vínculo emocional y afectivo que establecemos con otras personas significativas. Se desarrolla en la niñez, a través de interacciones repetidas y consistentes con figuras de referencia (padres, abuelos u otros cuidadores) que satisfacen las necesidades básicas del niño, como la alimentación, el cuidado físico y la atención emocional.
Los primeros años de vida son fundamentales para el progreso del apego, ya que pueden llegar a pueden influir en el bienestar emocional y en la capacidad para establecer futuras relaciones saludables. Incluso en la manera en la que percibimos nuestros vínculos y en cómo gestionamos nuestras emociones.
El apego según Bowlby y Ainsworth.
John Bowlby, psiquiatra y psicoanalista británico, desarrolló la teoría del apego en la década de los 50. En ella estableció que el apego es un proceso biológico básico y universal que tiene una función evolutiva crucial en la supervivencia de los seres humanos, ya que afecta a su desarrollo emocional y social. Según sus estudios, los niños están programados biológicamente para buscar la proximidad y el contacto con sus cuidadores.
Posteriormente, Mary Ainsworth, psicoanalista estadounidense, continuó el trabajo de Bowlby y estudió cómo se manifestaba el apego infantil en situaciones de separación y reunión en una serie de experimentos conocidos como la «Situación Extraña«. Ainsworth fue más allá en su investigación y añadió una tercera persona a la dinámica de cuidado del niño. A partir de estos resultados, se identificaron tres tipos de apego diferentes.
Los diferentes tipos de apego según la teoría de Bowlby y Ainsworth.
En el apego seguro el niño siente que está protegido y amado por sus cuidadores, lo que le da la confianza para separarse sin preocupaciones, ya que sabe que regresarán.
El apego evitativo se da cuando el niño ha asumido que no puede contar con sus cuidadores, lo cual le provoca sufrimiento y conductas de distanciamiento.
En el apego ansioso-ambivalente el niño no confía en sus cuidadores y tiene una sensación constante de inseguridad, de que a veces están y otras veces no están.
El apego desorganizado es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo, en el que el niño presenta comportamientos contradictorios.
En el siguiente video del centro de investigación The new york attachment consortium se explican de manera muy clara los tipos de apego:
Los aportes de Mary Ainsworth no solo se limitan a la investigación, sino que también se enfocan en la importancia de establecer relaciones sanas con el cuidador para la salud mental y emocional del niño. Incluso alertó sobre el impacto que esto tendría durante su vida adulta.
Los trastornos del apego nacen de un déficit de seguridad, cariño y atención en la infancia. Aunque no se puede volver al pasado, sí se pueden reparar sus efectos negativos gracias a la terapia psicológica. Si necesitas más información, o tienes alguna duda o consulta, no dudes en llamarnos o ponerte en contacto con nosotros a través del siguiente formulario: