¿Desde hace tiempo te sientes triste, cansado y con baja autoestima? Cuando este estado perdura o se prolonga y afecta a tu día a día, puede existir un trastorno de salud mental conocido como distimia.
También conocido como trastorno depresivo persistente, la distimia es un trastorno del estado de ánimo que afecta la percepción que uno tiene sobre sí mismo y el entorno que le rodea. Se caracteriza por un estado de ánimo melancólico y de tristeza, en el que se siente que no se consigue disfrutar plenamente de los aspectos positivos de la vida. Esta sintomatología causa un malestar significativo y un posible deterioro en las áreas más importantes del desarrollo personal, como el trabajo, la familia y en las relaciones sociales y sentimentales.
Su nombre, que deriva de dos palabras griegas dys (anomalía) y thymós (humor, carácter, espíritu), fue acuñado por primera vez en 1970 por James H. Kocsis, psiquiatra de la Universidad de Cornell en Estados Unidos, siendo introducido en 1980 por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
Es común que las personas que lo padecen suelan tener dificultad para identificar este trastorno, asumiendo los síntomas como rasgos de su propia personalidad. Por esta razón, no suelen buscar ayuda psicológica y si lo hacen, es cuando ya llevan mucho tiempo padeciéndolo y se ha cronificado o a derivado en un episodio depresivo mayor.
¿Cuáles son los principales síntomas de la distimia?
Según uno de los principales manuales diagnósticos de los trastornos mentales, el DSM-5, la distimia está incluida dentro de los trastornos del estado de ánimo y se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Fatiga, disminución de energía y problemas para concentrarse.
- Anhedonia, es decir, no ser capaz de disfrutar de actividades que anteriormente proporcionaban bienestar.
- Baja autoestima por sentirse incapaz o no tener ganas de llevar a cabo tareas relativamente sencillas.
- Trastornos del sueño o sentirse cansado a pesar de dormir una cantidad adecuada de horas.
- Trastornos alimentarios, ya sea por falta de apetito o por comer demasiado.
- Dificultad para tomar decisiones.
- Sentimiento de culpa por la situación en la que uno se encuentra, lo que se convierte en círculo vicioso al potenciar el resto de síntomas.
- También es común que se presenten otro tipo de síntomas propios de la ansiedad.
Se considera que estos síntomas deben persistir al menos dos años en adultos y un año en adolescentes y niños y que han de presentarse forma continua durante al menos 2 meses seguidos. También conviene señalar que la distimia no tienen por que estar motivada exclusivamente por hechos concretos como el duelo o los sucesos traumáticos.
Consecuencias de la distimia.
Una de las principales consecuencias de la distimia es la incapacidad para disfrutar, generando gran malestar. Las personas con dismitia a menudo presentan dificultades en las relaciones personales, puesto que sienten una crónica sensación de desesperanza, angustia y una baja autoestima que incluso puede llevarlas a un aislamiento social. El trastorno distímico es crónico, por lo que no tratarlo implica vivir constantemente en una tristeza y desánimo que puede afectar a la vida laboral, familiar y personal. Incluso se corre el riesgo de caer en una depresión crónica.
Todas las personas tenemos días en los que nos podemos sentir tristes, pero cuando esa sensación de tristeza y melancolía nos acompaña de manera continuada, es posible que padezcamos un trastorno distímico. Si te sientes angustiado desde hace tiempo durante la mayor parte del día, no tienes energía y sientes falta de interés por cosas que antes te producían bienestar, no dude en consultar con un psicólogo profesional.
La terapia psicológica es la solución que nos ayudará a identificar y corregir estas conductas o sentimientos que nos generan infelicidad y, en consecuencia, a aumentar nuestra calidad de vida. Si te sientes identificado, tienes alguna pregunta o quieres informarte sobre las terapias para afrontarlos, ponte en contacto con nosotros a través del siguiente formulario:
