Garnelo Psicología

Diferencias entre el estrés, la ansiedad y el pánico

La ansiedad el estrés y el pánico comparten muchos síntomas: problemas para dormir, malestar estomacal, palpitaciones, irritabilidad, problemas para concentrarse… por lo que puede resultar difícil diferenciarlos.

El estrés es una reacción natural de nuestro organismo ante una situación que requiere de nuestros recursos. Nos permite activarnos y afrontar lo que está sucediendo. Por lo tanto, es beneficioso, adaptativo y necesario para nuestro día a día. Sin embargo, un estrés frecuente, excesivo y duradero deja de favorecernos para empezar a restarnos salud.

Por su parte, la ansiedad es un componente básico de la condición humana, una reacción emocional natural ante cualquier estímulo o situación que intuimos como una amenaza. Cumple un cometido concreto: percibir y alertarnos sobre un posible peligro. En ese momento la ansiedad se activa de forma refleja, involuntariamente. Pero si sufrimos una sensación constante de preocupación y miedo en situaciones que a menudo no son amenazantes, se convierte en un trastorno que puede afectar significativamente a diferentes aspectos de nuestra vida. Actualmente el 7% de los españoles tiene problemas de ansiedad o depresión.

Cuando los síntomas fisiológicos de la ansiedad sobrepasan un umbral, la persona sufre un ataque de pánico. Se trata de un episodio de angustia y miedo intenso que se presenta de forma repentina, sin que aparentemente exista ninguna causa, acompañado de síntomas físicos como taquicardias, dificultad respiratoria, mareos, sensación de hormigueo, náuseas…

Uno de los objetivos del proceso terapéutico es comprender el origen de la sintomatología adversa y poner el foco del tratamiento en los inicios del malestar. Muchas veces lo que nos perturba en el presente tiene su origen en el pasado, por ello también es fundamental entender el funcionamiento del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) ya que es quien nos alerta de si estamos ante un peligro real, de uno irreal o si el peligro acecha en el presente o es fruto de un pasado de origen traumático.

¿Cómo puedo distinguir la ansiedad y el estrés?

En primer lugar debemos tener claro que la ansiedad puede ser una manifestación del estrés, ya que se trata de una respuesta emocional a un evento traumático sea del calado que sea. Normalmente el perfeccionismo o unas exigencias poco realistas acrecientan los estados de ansiedad. Por otro lado, el creciente uso y exposición de los jóvenes a las redes sociales hace que sean más propensos a tener problemas de este tipo. Un problema creciente que de un tiempo a esta parte ha sido identificado con el nombre de Tectnoestrés, algo que algunos autores ya se atreven a denominar como una pandemia mundial de consecuencias relevantes en la salud mental y la economía de la población. Sin embargo, en palabras de Antonio Cano Vindel, catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés pasan unos diez años de media entre la demanda del paciente con esta sintomatología y la atención especializada.

La ansiedad desadaptativa necesita ser tratada como un problema más complejo y no solo como una emoción consecuencia del estrés postraumático, ya que puede originar trastornos psicológicos como ataques de pánico, trastornos de ansiedad generalizada, trastornos fóbicos, depresión, etc..

Por lo tanto es muy importante saber diferenciar la ansiedad del estrés mediante sus principales características:

  • El estrés tiene un origen claro e identificable, pero en el caso de la ansiedad no es necesario que exista un evento objetivo para que se desencadene.
  • En la ansiedad la emoción protagonista es el miedo a algo que pueda suceder, es decir, lleva a la anticipación de situaciones negativas o catastrofistas. En el estrés, la emoción que predomina es la preocupación que genera un estímulo desencadenante.
  • El estrés se localiza en el presente, mientras que la ansiedad se sitúa en el futuro, como una anticipación de lo que puede ocurrir.
  • En el estrés, cuando el estímulo estresante desparece los síntomas remiten y la persona regresa a su estado habitual. En cambio, la ansiedad tiende a prolongarse en el tiempo, ya que incluye pensamientos irracionales o preocupaciones innecesarias que la persona ha desarrollado alrededor de una idea. Por lo tanto, la ansiedad suele continuar cuando el estrés ya ha desaparecido.
  • La ansiedad puede producir crisis con manifestaciones a nivel físico, los ataques de pánico o ansiedad, mientras que el estrés no suele ser su desencadenante.

El papel de la psicología en el tratamiento del estrés y la ansiedad.

Según el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de Naciones Unidas, España es el país que más benzodiacepinas consume del mundo. Estamos hablando de fármacos como el Diazepam (Valium), Alprazolam (Trankimacin) o Lorazepam (Orfidal) que se utilizan principalmente para el tratamiento de trastornos de ansiedad. Antes esta situación, la OCU ha denunciado la falta de especialistas de salud mental en Atención Primaria. En la actualidad casi la mitad de las visitas al médico de familia son debidas a problemas de salud mental, prescribéndose habitualmente este tipo de fármacos porque no hay ni tiempo ni especialistas para valorar el problema adecuadamente y poder optar por otros recursos como la psicoterapia.

Este enorme aumento del consumo de benzodiacepinas es la prueba de que no se tratando de forma adecuada los problemas de ansiedad y que muchas veces estos fármacos se recetan a la ligera. Pero lo más alarmante es que el consumo de tranquilizantes también se ha disparado entre los más jóvenes. El 24,9% de los chicos y chicas entre 14 y 29 años han consumido psicofármacos en el último año, y muchos de ello lo hace sin receta médica. Así se desprende del último Barómetro Juvenil. Salud y Bienestar.

Debemos ser conscientes de que sentirnos estresados o ansiosos ante situaciones peligrosas o desafiantes prepara a nuestro organismo para la acción y es un proceso evolutivo que nos ha permitido la supervivencia como especie. Sin embargo, cuando estos mecanismos de reacción se desbordan, se vuelven una constante en nuestra vida y afectan a nuestras relaciones sociales, familiares o laborales se hace imprescindible la intervención de un psicólogo profesional que nos enseñe las herramientas y estrategias necesarias para poder superarlo.

Cada vez más personas hablan abiertamente de la ansiedad ayudando a normalizar la experiencia de los demás. Hace unos años, El Rubius, uno de los youtubers más relevantes del planeta, hizo pública su ansiedad manifestando su retirada temporal de las pantallas:

Últimamente no me estoy encontrando muy bien. Me está costando cada vez más ponerme delante de la cámara, grabar vídeos y hacer directos como he hecho estos siete años. Cada vez siento más y más presión y cada vez me pongo más nervioso. Y cada vez me cuesta más respirar. Me dan como bajones. He terminado algunos directos súper pronto porque notaba que me desmayaba. Y era por esto, por la ansiedad y los nervios de intentar ser la mejor versión de mí el 100% de las veces que estoy en cámara. Esto me lleva pasando el último año, cada vez ha ido más”

La terapia es la solución que nos ayudará a identificar y corregir esas conductas o sentimientos que nos generan infelicidad y, en consecuencia, a aumentar nuestra calidad de vida. Por estos motivos resulta fundamental diferenciar el estrés de la ansiedad y del pánico y conocer cuando realmente necesitamos ayuda profesional.

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