Garnelo Psicología

Colaboración con la revista Ruta 66: Salud mental e Industria musical española

Un recorrido histórico-biográfico sobre los excesos y decesos en la industria musical dentro de nuestras fronteras.

Existe una probabilidad cinco veces mayor de sufrir patologías y trastornos entre músicos que en la población general. Esto concluyen los datos extraídos de algunos estudios sobre salud mental e industria musical que hablan de pobres condiciones laborales, dificultades en la conciliación familiar y social, incertidumbre ante el futuro, falta de reconocimiento, búsqueda constante de atención y reconocimiento, vida nocturna, y cada vez más denuncias por acosos y abusos sexuales en una industria machista y profundamente endogámica.

Nueva colaboración en el número de diciembre de la revista Ruta 66 sobre SALUD MENTAL EN LA INDUSTRIA MUSICAL ESPAÑOLA. Esta vez haciendo un recorrido histórico-biográfico sobre los excesos y decesos en la industria dentro de nuestras fronteras.

En los últimos años, uno de los principales estudios que actualmente se sostienen en este ámbito, fue el realizado en 2021 por el psicólogo Pau Rodríguez, también músico de la banda catalana Za!

Dicho estudio abarcó una muestra de 400 trabajadores de la música, a quienes se les presentaba una combinación de preguntas sobre el impacto de la pandemia en los ingresos económicos y la mala salud psicoemocional, reforzado con dos test estandarizados sobre depresión y ansiedad.

Los resultados concluyeron que un 56% de los encuestados afirmaba haber tenido ataques de pánico, más de un tercio del total declaraba haber sufrido problemas de ansiedad, 330 personas apuntaban síntomas de depresión en distintos niveles (170 depresión leve, 130 depresión moderada, 30 depresión grave) y 58 de los encuestados mostraron ideación suicida leve, moderada o intensa.

A lo largo de los años la industria del espectáculo se ha nutrido, en gran medida, del sufrimiento psíquico y de las desgracias individuales. En un sector tan al alza en la actualidad, con cifras record desde la pandemia, somos testigos de cómo la industria especula con una población cada vez más frustrada con el día a día, donde lo que no es rentable se penaliza y la romantización del artista maldito ha pasado a ser un elemento más de una rueda que no cesa en girar buscando optimizar el beneficio neto del espectáculo, cada vez en manos de menos personas.

Como de lo que no se habla no existe, mientras no exista un abordaje más crítico y sólido, la problemática perdurará en el tiempo como un mecanismo más de la industria, quizá a estas alturas ya más como un eje vertebrador que como un elemento aislado de la misma.

Hay algo cruel en la industria del espectáculo. El editor Julián Viñuales utiliza el término “pornografía confesional” para referirse a una suerte de voyeurismo, un deseo irreprimible de hurgar en la intimidad del artista, con tal de monetizar hasta su último aliento.

Esta inercia bien podría ser un punto de partida para reflexionar sobre el aprendizaje que la sociedad puede extraer de este modelo de industria, donde el daño y el dolor son tan rentables y proporcionan tanto poder a costa del sufrimiento ajeno.

En 2022 decidí abandonar la banda en la que militaba desde hacía más de 10 años por cuestiones personales. Alguna de ellas vinculada a preservar mi salud mental y la de mi familia. Un día en Carne Cruda me invitaron para hablar de ello junto Eme DJ de Depresión en la Cabina y la psicóloga Rosana Corbacho. Además pudimos presentar el nuevo proyecto en el que hago música actualmente: Charnego. A continuación puedes ver una parte del mismo programa:

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